Fernando Alonso está a 70 caballos de Ferrari y Mercedes

El mayor riesgo es no arriesgar. Y es cierto. Pero también lo es que nada es fácil y que hay cosas que cuestan demasiado, mucho más de lo esperado. Decía Alonso que tenía que arriesgar, que no podía seguir un año más arriesgando su vida para ser segundo. O cuarto. O sexto. Hay quien dice, como Eddie Jordan, que el español con este Ferrari lucharía por ganar el Mundial. Y después de verle en la pelea con Vettel en el Gilles Villeneuve no debe ser el único en pensarlo. Pero más allá de verbos condicionales, la verdad es que este año de transición está siendo muy duro para el astur y sus seguidores. Paciencia, sigue pidiendo Fernando. Y que disfruten ahora los que no le quieren.

Sigue confiando en el futuro. Y así debe ser, pero verse ahí pleno de facultades, ganando puestos en la salida, obligando a un tetracampeón a dejarse la piel para pasarle… y verse atrás del todo no es fácil. El problema es que su McLaren tiene muchas carencias, le falta tiempo y que todo lo que hay previsto se vaya materializando. Pero a la evidente falta de potencia de su joven motor Honda se une un chasis bien elaborado, pero nada extraordinario, una fiabilidad muy pobre, y una aerodinámica con mucho por evolucionar. En Canadá, solo el Manor estuvo por detrás en términos de rendimiento. Y eso no es aceptable. Detallamos las razones.

Potencia. Según ha podido saber este diario, el déficit de potencia actual entre el motor Honda de Alonso y el resto es enorme, se cifra en unos 70 caballos respecto a Ferrari, similar con Mercedes y a unos 40 de Renault. El problema no solo reside en el motor de combustión sino en cómo interactuar el resto de motores de la unidad de potencia para ofrecer esos caballos extra que apenas llegan del ERS, por ejemplo. La peor noticia es que con dos propulsores recién estrenados abandonaron los dos coches por un problema en los escapes. Mucho por mejorar en ese sentido.

Consumo. Otra cuestión a mejorar. Explicaba Alonso que ahora casi todos los coches consumen de manera similar, pero que el motor Honda, al tener que estar más tiempo con el pedal a fondo porque tiene menos velocidad, provocaba que consumieran más. Y es así. Con más potencia, menos consumo, aunque parezca mentira. Pero además, si hay un motor que también tenga problemas en ese sentido es el Renault y el Honda, mientras Mercedes sigue tan bien como siempre y Ferrari ha solucionado sus dudas en ese sentido.

Neumáticos. Mientras en Ferrari, James Allison ha tratado de copiar la fórmula mágica que tan bien le fue en Lotus y ser el coche que menos destroza los neumáticos, Alonso también tiene que estar muy pendiente de eso en su McLaren Honda. De eso también se quejaba en su locución por radio. Los Pirelli no son del agrado del bicampeón, pero además su coche degrada las ruedas como el que más. También carece ahí.

Fiabilidad. Los datos hablan. Alonso, tres abandonos consecutivos, cuatro en total. Y en la primera carrera en la que no participó, su sustituto, Magnussen, ni siquiera pudo empezar la prueba. Mientras, Button ha abandonado dos veces y en Bahrain tampoco pudo comenzar por problemas en la unidad de potencia. En cuanto cambian algo surgen nuevas averías y eso es algo que a estas alturas ya debería haberse solucionado. La falta de kilómetros en los test de pretemporada provoca todo esto.

Chasis. Dijo en su día Ron Dennis que el coche que había hecho Peter Prodromou era una obra de arte. Pues no es para tanto. Probablemente sea lo mejor del coche, pero le falta para ser ganador. Alonso lo dejaba claro en Montreal: “En Mónaco vimos claramente que no rindió tan bien como pensábamos. Así que también estamos luchando con el chasis”. En este sentido es más complicado introducir mejoras, pero veremos cómo son capaces de solucionarlo en McLaren.

Aerodinámica. Cuando un coche no va del todo bien en las curvas rápidas es porque la aerodinámica tampoco es espectacular. Prodromou, recordemos, mano derecha e izquierda de Adrian Newey en Red Bull, tiene mucho que aportar, pero las soluciones, de momento, no son capaces de paliar el déficit que existe en otros ámbitos, como sí hizo con los austriacos en su día, y las nuevas piezas a veces son tan innovadoras que no acaban de funcionar. El coche no es efectivo del todo en curvas lentas, como en Mónaco, ni tampoco en las rápidas. Es donde más pueden mejorar.