698 pases y un gol de penalti

El Bayern dominó a su modo en Moscú (698 pases, por 154 del CSKA) y ganó con un tanto de penalti de Müller, marcando el ritmo del grupo de la muerte. La defensa del conjunto germano generó muchísimas dudas y dio alas a los contragolpes de un conjunto rival que pudo incluso empatar en varios momentos del choque.

El Bayern de Múnich siguió al inicio el plan establecido y en la primera media hora la posesión del balón era ya descomunal. Los bávaros llevaron la batuta del encuentro para esperar su momento de hacer el primero. Ese momento llegó en el minuto 21, cuando Mario Fernandes hizo un absurdo penalti sobre Mario Götze y Müller lo materializó desde los once metros.

Pensaban que la tarde iba a ser tranquila, pero no contaron con el descaro de un CSKA de Moscú que se fue a por el empate a base de contras. Musa y Eremenko sacaron los colores a la defensa de Pep Guardiola en varias ocasiones. La ocasión más clara la tuvo el atacante nigeriano, que desperdició un mano a mano con Neuer. Por su parte, el centrocampista finlandés llevó el peligro a la portería germana con potentes disparos. Uno de ellos llegó incluso a chocar en la cruceta.

Pese a esa fragilidad defensiva, el Bayern continuó controlando el tiempo del partido y tanto Robben como Lewandowski pudieron ampliar el marcador. Se llegó al descanso con el momentáneo 0-1.

En la segunda mitad los de Pep Guardiola quisieron evitar sustos y se fueron a por el segundo tanto que diera tranquilidad. Sin embargo, aunque mantuvieron la posesión, los ataques de los rusos generaron siempre una preocupante intranquilidad. Doumbia entró el terreno de juego en lugar de Natcho para buscar el empate.

El Bayern de Múnich perdonó infinidad de ocasiones y acabó llevándose una victoria con lo mínimo. Por su parte, el CSKA de Moscú acabó fundido por el esfuerzo y plantó cara en todo momento. Los rusos suman dos derrotas en dos partidos y tienen muy complicado lograr la clasificación.

Marca.com